19 de febrero de 2009

QUE NO, QUE GARZÓN NO ES PROFETA EN SU TIERRA.

Dicen que después de la tormenta llega la calma. Y así ha ocurrido. Hemos vivido unos días de auténtica locura después de la famosa y controvertida cacería de Fernández Bermejo y Garzón Real en el pueblo de Torres.

Se ha dicho tanto estos días que no voy a valorar lo que me pueda parecer la cacería. No lo he hecho ni lo voy a hacer. Cada cual puede hacer con su tiempo libre lo que le venga en gana: cazar, pescar o ver pasar el tiempo. Tampoco voy a valorar las distintas declaraciones que se han hecho durante estos días. No lo hecho y no lo voy a hacer ya que cada cual tiene que sacar sus propias conclusiones. Lo que parece lamentable, bochornoso, deleznable y de un comportamiento miserable, rastrero, vil y despreciable es el hecho de que el mismo día en el que se abre un sumario, claramente, contra el PP, una vez más, la independencia del poder judicial queda claramente menoscabada y venga a confirmar la poca independencia y, por supuesto, la poca imparcialidad de la Justicia en nuestro país.

Y lo peor de toda esta historia no es que tenga que ser el “juez estrella” quien venga a corroborar este despropósito, lo cual no nos extraña en absoluto, sino que tenga que ser una persona de Torres la que manche o sea la responsable de un escándalo nacional como el de la semana que hemos pasado. Y la verdad que no es para menos.

Hace algunas semanas escribía “GARZÓN NO ES PROFETA EN SU TIERRA” y, en efecto, el tiempo me da la razón. Hace unos años recuerdo que el “juez estrella” gozaba de una popularidad manifiesta en nuestro pueblo y cada vez que pasaba un tiempo en Torres la gente estaba, digamos, entusiasmada con sus visitas. Pero esa persona que estaba rodeada entonces de una extraordinaria estima tiene, cada vez más, numerosos contrarios que hacen que ese “mito”, esa “predilección” del pueblo de Torres queden casi derrumbados desde hace un tiempo acá.

Y esto lo ilustraba con aquellas imágenes que capté en una fachada frente al Parque de Torres, aquellas manchas (blanqueadas por el Ayuntamiento) simulando sangre sobre la placa que da nombre a la Calle Mayor de toda la vida. Y estos días que hemos pasado vuelven a ratificar que Garzón ni se preocupa por su tierra natal ni le preocupa la imagen del pueblo. Se ha dicho, o dicen algunos, que menuda publicidad gratuita se le está haciendo al municipio. Hasta cierto punto, creo yo. Porque Torres no ha aparecido en los medios de comunicación, precisamente, mostrando su lado positivo o las bondades que puede ofrecer nuestra tierra sino por ser el pueblo de Garzón, que fue diputado del PSOE, que ahora es un juez que imputa a miembros del PP y que se junta con el Ministro de Justicia para conspirar contra el PP, en Torres.

Nombrar “Hijo Predilecto” de una Villa es reconocer los servicios prestados en beneficio y honor del municipio que le otorga tal distinción. Pero, ¿qué queréis que os diga?... Lanzo dos preguntas: aunque nadie la llama por su nombre sino por Mayor, ¿creéis que la calle principal del pueblo se tiene que llamar Baltasar Garzón Real?, ¿Qué es lo que ha hecho Baltasar Garzón, concretamente, por Torres para ser nombrado hijo predilecto?

Sinceramente, pues nada. Y no hay más cera que la que arde.

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