De luto, entristecidos, apenados, decaídos, atormentados. Así está viviendo la política local la huída de nuestro bien querido y estimado Manuel Molina. No hay palabras para describir el estado de ánimo que tienen los pobladores de Torres.
Y vamos pasando días del mes de agosto y desde el pasado lunes, día 4, no tenemos Alcalde. No tenemos Alcalde pero sí tenemos Alcaldesa. Tenemos a Juana Moreno, ya que es la primera teniente de Alcalde y también la número dos de la lista con la que el PSOE de Torres concurrió a las pasadas Elecciones Municipales. Y a la persona que le tocaría gobernar, desde luego.
El partido que dirige Manuel Molina, el PSOE, que de forma descarada, grosera, desvergonzada, descarada, indecorosa y repugnante se ha reído en la jeta de los torreños quiere imponer ahora a una candidata a Alcalde que ni siquiera es aún Concejal. Ahora candidata y antes relegada al puesto número seis de una candidatura que con toda seguridad iba a perder un escaño en el Ayuntamiento de nuestro pueblo y, por consiguiente, como diría el otrora mandamás Felipe González, iba a quedar y quedó fuera de la Corporación.
En esta historia de jugadas y jugarretas hay que dejar claras muchas cosas. Antes de enumerarlas quiero comentar una frase que quedará en los anales de la política local como una muestra de desvergüenza y desfachatez por parte del ya ex alcalde, Manuel Molina, cuando la Oposición del PP, que dicho sea de paso, actuó con rigor y firmeza en el Pleno de renuncia, le espetó en un momento concreto lo que es evidente: que la persona que debía ser alcalde era su número dos. Pero a lo que iba, la frase que soltó el prenda en su último Pleno fue que “pido libertad para que mi partido designe a la persona adecuada para ser Alcalde”, arrea.
Las jugadas a las que me refería, todas ellas tramadas por el señor Molina, han salido como el tiro, por la culata. Y se le debería caer la cara de vergüenza cuando este tipo afirmó en el Pleno que “no sabía que iba a ocupar responsabilidades en la Diputación, porque se constituye después de las elecciones y mucho menos que iba a ser designado gerente de la EPSA”. Entonces, ¿por qué quería poner a Marifé Moreno de número dos? ¿será porque ya sabía que iba a irse de Torres y quería dejar a una sucesora con preparación?; ¿Por qué relegó a un sexto puesto a Elvira Sanjuán cuando ahora se “baja los calzones” y la coloca de Alcaldesa?; ¿Por qué menosprecia de esa forma a la persona que recompensó en 2007 colocándola como “número dos” de la lista, mano derecha y especial confidente del Equipo de Gobierno? Manuel Molina se ha reído de estas tres personas en su cara, aunque también de todos y cada uno de los torreños, y ha hecho con ellas lo que hace un titiritero con sus títeres: moverlos como le viene en gana.
Y me temo que va a seguir haciendo eso, pero en la sombra. Creo que vamos a tener una Alcaldesa movida por Manolo Molina y vamos a tener unos Concejales movidos por Manolo Molina. Aquí hay dos posibilidades: una, que la nueva máxima autoridad de Torres dé un golpe de mano y haga lo que dice el refrán: “¡Cojones!, dijo la Marquesa, poniendo las tetas sobre la mesa”, dejando claro quién manda en el Ayuntamiento o puede que le pase como la cita que dice “El Rey reina pero no Gobierna”, es decir, que tengamos a Elvira Sanjuán sólo para representar y no para ostentar todo el poder ejecutivo que tiene un Alcalde y lo siga haciendo mi apreciado Manuel Molina. ¿Qué pasará? Pues tendremos que esperar un tiempo para comprobarlo pero todo indica que será ya en 2009, mientras, tendremos a la que es Alcaldesa todavía y la que debe ser Alcaldesa hasta 2011, la que se merece el puesto y la que mejor lo puede desempeñar: Juani Moreno. Esto es así.
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